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La importancia de la educación en las buenas prácticas de la eficiencia energética.

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La educación es uno de los mecanismos que facilita el aprendizaje y nos motiva a hacer cambios en nuestra vida cotidiana porque desde pequeñitos imitamos las acciones que nuestros padres realizan siendo el hogar nuestra primera escuela.

Es por ende que cuando hablamos del uso eficiente de la energía como personas adultas debemos de realizar buenas prácticas para que los más pequeños se involucren ya que enseñándoles no solo los ayudará a ahorrar, si no que aportaran a la sociedad buenos usuarios energéticos.

En la actualidad es fundamental que los profesores y estudiantes de todos los niveles educativos reconozcan el concepto del uso eficiente de la energía, modificando las actitudes que involucren acciones tendientes a mejorar las condiciones del medio ambiente y la calidad de vida de la comunidad.

Además de promover, sensibilizar y concienciar a los niños, niñas, adolescentes y adultos a través de charlas educativas, estableciendo una formación en la cultura del ahorro y uso eficiente de la energía eléctrica, además de la utilización de fuentes renovables de energía con las que contamos en República Dominicana, para contribuir con la disminución significativa del consumo de energía eléctrica, la mejora del medio ambiente, así como el desarrollo integrado, sostenible y sustentable de nuestro país.

La eficiencia energética es imprescindible para conseguir reducir el consumo de energía sin que ello conlleve perder prestaciones y confort. Además, gracias a ella conseguimos ser más sostenibles porque reducimos las emisiones de CO2 y resto de gases de efecto invernadero a la atmósfera. Se supone establecer un buen uso de la energía que empleamos en nuestro día a día. Puede traducirse en una mayor optimización de la misma mediante la minimización de la pérdida de energía que se genera como en la mejora de los propios procesos para generarla.

En la escuela es muy importante contar con el servicio eléctrico ya que los docentes se valen de esta para reproducir materiales, proyectar información a los alumnos, utilizar y aprender a utilizar las Tecnologías de Información y Comunicación, desarrollar nuevas estrategias para el aprendizaje y hasta comodidad como la luz eléctrica y la ventilación con aires acondicionados o ventiladores.

Si bien es cierto y entendemos que nuestra tarea es enseñar y sensibilizar a la ciudadanía respecto de que la eficiencia no es sinónimo de ahorro de energía en sí mismo, no significa sacrificar el confort o dejar de desarrollar alguna actividad o producir bien, sino más bien implica hacer un buen uso de la energía.

Entre los beneficios de la eficiencia energética están los económicos. En efecto, la eficiencia energética se traduce en ahorros en la factura por rentabilizar al máximo los recursos energéticos de los que disponemos. Por otro lado, también reporta beneficios para todo el planeta. Al tener que generar menos recursos energéticos como consecuencia de su mejor aprovechamiento estamos de paso contribuyendo a reducir la explotación que sufre la naturaleza. De paso, contribuimos a incrementar el valor del espacio donde llevemos a cabo estas mejoras.

Por ello, en definitiva, podemos decir que la eficiencia energética es sinónimo de un uso responsable e inteligente de los recursos en función de las posibilidades que la tecnología nos brinda. Nosotros como personas adultas nos cuesta mucho aprender y luego desaprender, por ende, educar a los niños es más productivos, pero también ellos se convierten en multiplicadores de la eficiencia energética y a la vez se transforman en guardianes energéticos.

 La educación en eficiencia energética apunta a crear y consolidar una cultura en la ciudadanía y contribuir a generar cambios de conducta en los distintos sectores productivos y las personas, en su actuar cotidiano. Como también queremos generar una cultura que se refleje en buenas prácticas de eficiencia energética. Trabajamos para que la gente comprenda que la idea de eficiencia energética tiene que ver, esencialmente, con hacer un buen uso de la energía, manteniendo o mejorando y así poder desarrollar actividades diarias, pero ocupando la energía justa y necesaria, siendo eficientes en su uso.

La eficiencia energética hace referencia a la capacidad para obtener los mejores resultados en cualquier actividad empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos. Nos permite reducir el consumo de cualquier tipo de energía y con ello los posibles impactos ambientales asociados a ella. Esto es aplicable desde la generación de dicha energía hasta su consumo final. Con la eficiencia energética tratamos por tanto de mantener el mismo rendimiento de nuestra actividad, pero incorporando una serie de modelos de gestión sostenibles, hábitos responsables e inversiones en innovación tecnológica.  Además, el acceso a energía eléctrica posibilita una mejor iluminación dentro de las aulas de clase, lo que permite más horas de estudio, más concentración y menor esfuerzo de lectura.

En el área de Educación y Capacitación entendemos que nuestra tarea es enseñar y sensibilizar a la ciudadanía el respecto del ahorro de la energía en sí mismo, no significa sacrificar el confort o dejar de desarrollar alguna actividad o producir bien, sino más bien implica hacer un buen uso de la energía. El ahorro energético y económico puede darse como consecuencia del uso eficiente o racional de la energía. Para esto, estamos desarrollando programas que abarcan todo el ciclo educativo, incluyendo la educación formal, la no formal y la continua, intentando impactar a las comunidades educativas y a sectores productivos. En el ámbito escolar, nuestros proyectos tienen que ver con hacer una intervención lo más completa posible en los ciclos educativos, así como con programas de formación para docentes y cursos diseñados para los sostenedores educacionales.

Del mismo modo la eficiencia energética es toda una apuesta por proteger los recursos naturales de nuestro planeta y realizar un consumo eficiente por medio de actividades rutinarias. Esto último es de vital importancia, ya que todos podemos poner nuestro granito de arena y contribuir en esa apuesta global en relación con el ahorro de energía.

Finalmente la eficiencia energética hace referencia a la capacidad para obtener los mejores resultados en cualquier actividad empleando la menor cantidad posible de recursos energéticos. Nos permite reducir el consumo de cualquier tipo de energía y con ello los posibles impactos ambientales asociados a ella.

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